Por Guido Zappacosta
- ¿Tu eres Gringo?
- No, ¿Por qué?
- Porque los Gringos dicen “no gracias”.
(Ella tenía 9 años y vendía caramelos en la plaza de armas de Cajamarca).
Subsisten;
así como sus padres,
que también fueron hijos.
(¿Vivirán?) jugando su infancia al trabajo,
al alba y al sueño.
Adultos precoces,
despojados de la luz, sin sus preguntas,
de la razón y la búsqueda del tesoro.
Vientos del norte contentan el sur;
“Bolivia es el país de todo bien”, dijo James, un californiano de 20 años luego de haber pagado 2 dólares por su almuerzo;
nunca aprendió que la moza que lo atendió tenía apenas 8 años.
Y así fue,
salió de escenario para incorporarse en la universidad del viaje.
Preguntó acerca de los acontecimientos espaciales;
¿Qué sucede acaso en Cajamarca, que un hombre abandona un banco en la plaza de armas?
¿Quiénes fueron los Incas?, ¿Qué son hoy para el mercado?
Cusco sin su historia:
el tiempo corre,
y nos recorre.
Aun los espera,
imagina y los figura.
Cada grupo de tres,
toma su forma.
Son ellos, sus cuerpos;
son reales.
Pero,
¿Cómo distinguirlos cuando caigan del cielo?
Inclusive las mujeres poseen sus rasgos;
aires, vientos o lluvias.
Al regresar no serán los mismos,
siquiera me conozcan.
Creerán en nuevos dioses,
y beberán pócimas de conexión con la natura,
tendrán alas, o corazas repelentes contra toda miseria humana.
Hablarán con el sol,
y habrán adoptando un lenguaje indescifrable para los acostumbrados.
Uno nunca es el mismo,
cambia con los días, con las vidas;
habrá sido la mejor experiencia de sus vidas,
y en esta academia nómade,
mientras los cuerpos naufragan,
los sentimientos se enemistan,
se desconocen,
se disfrazan,
se amigan y viajan,
viajan,
viajan.
SÁBADO 21 de diciembre EN TIGRE
Hace 5 años
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