26.5.09

De cronopios y de famas, por Julio Cortázar


Flor y cronopio

Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos.
Primero la va a arrancar,
pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber:
le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor
y se duerme envuelto en una gran paz.

La flor piensa: «Es como una flor».

Foto: Cajamarca, Perú.

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