La pereza de los conquistadores, que utilizaron las riquezas para hacerse una gran paja de oro, fue reemplazada por la ambición de los británicos, como el pirata Morgan y sus muñecas inflables.
“Somos la condición de posibilidad del capitalismo, el centro existe porque existe la periferia”, leí en Halperin Donghi. Y aún hoy campean exaltaciones monárquicas por América latina, como la del rey Juan Carlos I.
Y aún hoy no sorprenden exaltaciones burguesas en los medios de comunicación.

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