
por Juan Carlos Dall'Occhio
Noche estrellada, sensual brisa.
Erótica y radiante, la muchacha se mece
Erótica y radiante, la muchacha se mece
en la plaza.
Musculosa escotada, corpiño ajustado que da forma a unos redondosy rígidos pechos
que buscan mi mirada.
La agitación del mundo sobre la hamaca desnuda sus piernas firmes
y un atisbo rosado de su bombacha.
Me acerco, ella sonríe blanco. El juego y las palabras: preludio del carnaval.
“Me gustaría saber qué escondés debajo de tu ropa”.
Habitación naranja, colchón pelado, sábanas revueltas.
La agitación del mundo sobre la hamaca desnuda sus piernas firmes
y un atisbo rosado de su bombacha.
Me acerco, ella sonríe blanco. El juego y las palabras: preludio del carnaval.
“Me gustaría saber qué escondés debajo de tu ropa”.
Habitación naranja, colchón pelado, sábanas revueltas.
Se desnuda el deseo de vivir: eyaculan vicios, susurran virtudes: ceremonia de hormonas.
Vez tras vez hacemos el amor, cada vez más rico.
Algo nos detiene: insatisfacción.
“Me gustaría saber qué escondés debajo de tu carne”.
La despellejo con los dientes, chupo los músculos de sus muslos y desgarro la fibrosa corporalidad trabando los colmillos.
Teñidos en sangre; vez tras vez hacemos el amor, cada vez más rico.
Algo nos detiene: celos.
“Me gustaría saber qué escondés dentro de cada órgano”.
Opero su estómago, riñones, socavo vísceras el cirujano.
Penetro sus órganos, baño mi cabeza y manos de fluidos amarillos, blancos y rojos.
Vez tras vez hacemos el amor, cada vez más rico.
Algo nos detiene: estética del deterioro.
“Me gustaría saber qué escondés detrás de esta carnicería”.
Segrego entre sus huesos, rasco las costillas, arranco las caderas, mastico cartílago, me masturbo con las grietas del rostro cadavérico.
“Conozco cada uno de tus fragmentos en descomposición”.
Vez tras vez hacemos el amor, hasta desvanecer
Vez tras vez hacemos el amor, cada vez más rico.
Algo nos detiene: insatisfacción.
“Me gustaría saber qué escondés debajo de tu carne”.
La despellejo con los dientes, chupo los músculos de sus muslos y desgarro la fibrosa corporalidad trabando los colmillos.
Teñidos en sangre; vez tras vez hacemos el amor, cada vez más rico.
Algo nos detiene: celos.
“Me gustaría saber qué escondés dentro de cada órgano”.
Opero su estómago, riñones, socavo vísceras el cirujano.
Penetro sus órganos, baño mi cabeza y manos de fluidos amarillos, blancos y rojos.
Vez tras vez hacemos el amor, cada vez más rico.
Algo nos detiene: estética del deterioro.
“Me gustaría saber qué escondés detrás de esta carnicería”.
Segrego entre sus huesos, rasco las costillas, arranco las caderas, mastico cartílago, me masturbo con las grietas del rostro cadavérico.
“Conozco cada uno de tus fragmentos en descomposición”.
Vez tras vez hacemos el amor, hasta desvanecer
la existencia.
*el título original era Naturaleza Muerta, pero valió su reformulación una noche de inspiración.
*el título original era Naturaleza Muerta, pero valió su reformulación una noche de inspiración.